1. Caracterísiticas generales.
· Recibe influencias orientales y egipcias
· Preferencia por la representación del cuerpo humano. Surge un sentido anatómico del arte al ser el hombre su principal modelo, atrae por su propia belleza y perfección. El hombre es la medida de todas las cosas, los escultores estudian el cuerpo, la anatomía, sus partes y proporciones, también su interioridad.
· Naturalismo en la plasmación de la figura. Expresión, movimiento y volumen ganan importancia a medida que la escultura evoluciona.
· Búsqueda del ideal de belleza humana, basada en la proporción y el equilibrio de sus partes (canon). En el período clásico se llega a la idealización.
· Manifestaciones escultóricas en forma de relieves y bulto redondo que solían ser policromados, aunque la policromía se pierde con el tiempo.
· Los materiales más usados son el mármol, la piedra y el bronce. La madera se usó en las primeras representaciones, de las cuales quedan escasos restos.
· Es importante considerar la evolución de la escultura en las diferentes estapas del arte griego ya que los diferentes rasgos constitutivos van ganando madurez y perfección.
2. Evolución de la escultura griega. Periodos, artistas y obras.
A principios de la época arcaica, cada uno de los cuatro lados del bloque de mármol se esculpía por separado sin tener en cuenta los restantes: la figura representaba cuatro aspectos diferentes.
Con el tiempo, la escultura adquirirá unidad plástica y una representación realista de la anatomía humana. De forma gradual se mejoró la perspectiva y la naturalidad en la configuración de los cuerpos: músculos, formas femeninas, sonrisa arcaica, policromía, accesorios de otros materiales,etc.
El kouros y la kore son los tipos escultóricos más importantes de la Grecia arcaica. Con ellos, la estatuaría griega empieza a diferenciarse de la egipcia e inicia la elaboración de unos modelos estéticos propios.
El kouros se remonta al s. VII a.C. y sigue modelos egipcios, pero la gran diferencia radica en el interés de los griegos en dar vida a sus esculturas. Aparecen en lugares de culto y en tumbas, podían ser representaciones de Apolo, ofrendas dedicadas a una divinidad, alabanzas a un atleta vencedor o el recordatorio de un hombre en su tumba. Se representan desnudos y sin ningún tipo de apoyo. El Kouros de Anavyssos es un buen ejemplo de este tipo de figuras, reproduce todas las características propias de los kouroi:
· desnudez,
· postura hierática y frontal,
· pies firmemente asentados en el suelo,
· pierna derecha más avanzada,
· brazos caídos y pegados al cuerpo,
· puños cerrados,
· ojos almendrados,
· pómulos salientes,
· sonrisa forzada,
· cabeza con larga melena y
· musculatura esquemàtica (W pectorales, W invertida en la clavícula).
En la segunda mitad del siglo VI a.C nació el tipo escultórico de la kore, sacerdotisa portadora de ofrendas en honor a los dioses. Nunca se representaban desnudas, ya que el desnudo femenino era tabú para los primeros griegos. Vestía el chitón (túnica de manga corta de tela fina, larga hasta los pies y ceñida en la cintura) y el himation (manto de lana por encima). Suele aparecer con un fruto en la mano, una flor o un animalito, o con un brazo cruzado por delante del cuerpo. Mostraba una actitud hieràtica y una concepción frontal, los pies firmemente apoyados en el suelo y juntos, ojos almendrados, pómulos salientes, sonrisa forzada y largas melenas de formas geométricas. El mejor ejemplo que reúne todos estos rasgos es la Kore del peplo.
PERIODO CLÁSICO (S.V-IV a.C.)
Desde finales del s. VI a.C. se da un progresivo abandono de la rígida estilización arcaica para adoptar un mayor naturalismo: la cabeza pierde frontalidad, se gana movilidad y flexibilidad con el contraposto (una parte del cuerpo tensa y la otra relajada), los brazos se despegan del cuerpo, hay una mayor configuración anatómica y se da una preocupación por la aplicación del canon de belleza.
En esta época, Atenas será un centro político y cultural de primer orden, se llena de artistas atraídos por la creación de grandes obras arquitectónicas, especialmente en la época de Pericles y su sistema democrático.
Del período clásico temprano, s. V a.C, destacan escultores como Mirón, Policleto y Fidias.
Mirón supo captar como nadie el movimiento. Trabajó fundamentalmente con el bronce y se le atribuyen gran cantidad de obras. Una de las más conocidas, aunque a través de copias romanas en mármol, es el Discóbolo: representa un joven en su màxima plenitud física a punto de lanzar el disco. El mérito del artista reside en el hecho de haber elegido un modelo humano en un actitud que hiciera creíble y natural la postura forzada del lanzamiento.
La obra supuso un avance decisivo en el estudio del movimiento en el acto, de la tensión muscular y de la integración de la figura en el espacio. El artista hizo un gran esfuerzo por distanciarse del hieratismo de la época arcaica, aunque mantiene el principio de la frontalidad del punto de vista y hay un desinterés por los aspectos emocionales (el atleta no manifiesta esfuerzo en su rostro). Además muestra algunas características del periodo arcaico: cabeza con reminiscencias de la inmovilidad del estilo anterior, sonrisa parecida a la expresión de los kouroi y los cabellos semejan un casco de pequeños rizos uniformes.
Polícleto el Viejo (480-420 a.C.) fue el único escultor no ateniense del periodo clásico cuyo reconocimiento artístico no quedó relegado a un segundo plano, ofuscado por la brillantez de la Atenas de Pericles. Sus estudios teóricos sobre la belleza ideal del cuerpo humano marcaron la escultura contemporánea y su Doríforo fue la mejor expresión plástica de sus teorías.
Formuló en un tratado artístico, el Canon, un conjunto de reglas, elaboradas a partir de cálculos matemáticos, que tenían como objetivo la representación perfecta del cuerpo humano. El libro estudiaba la proporción de las diferentes partes que conforman la anatomía ( p.e. la altura de la cabeza debía ser siete veces menor que la del cuerpo). Polícleto utilizó el Doríforo como ejemplo de lo tratado en el Canon: consideró que la estatua se aproximaba al sistema de proporciones ideales del cuerpo humano. Representa a un joven desnudo, de pie, con la lanza en el hombro izquierdo y en actitud de marcha. La cabeza , levemente ladeada hacia la derecha, muestra un rostro sereno, cuidadosamente trabajado. Los brazos aparecen despegados del cuerpo. El brazo izquierdo se dobla, el derecho cae sin fuerza. Camina, apoya el pie derecho y se dispone a levantar el izquierdo, por lo que la pierna derecha aparece tensa y la izquierda flexionada. El equilibrio entre miembros tensos y distendidos rige el conjunto. Es el contraposto: la contraposición entre una parte tensa y otra relajada, lo cual otorga un equilibrio dinámico a la figura.
Otra de sus obras es el Diadúmeno. Representa un atleta que tras vencer la carrera sigue avanzando mientras se ata la “diadema” de ganador. Presenta un maodelado más suave y una mayor libertad compositiva que el Doríforo, posiblemente es obra más tardía.
Fidias (490?-430 a.C.) fue un excelente escultor además del supervisor de las obras que se llevaron a cabo en la Acrópolis de Atenas, mientras su amigo Pericles gobernó en ella. Fundó una escuela de escultores cuya fama superó las fronteras del Ática y creó el estilo clásico ateniense.
Es el intérprete de la majestad de los dioses, dotados de un equilibrio físico y moral que consigue, en parte, gracias a la técnica de los paños mojados compuestos por pliegues menudos, muy ceñidos al cuerpo, que parecen mojados y acusan nítidamente la forma corpórea.
Su gran obra son los relieves del Partenón, programa escultórico que dirige y cohesiona con un objetivo claro: proclamar la gloria de Atenas y de Atenea, su divinidad protectora. El conjunto iconográfico del templo es amplio: en los frontones se representaba a los dioses; en las metopas a los héroes y en el friso se reunían los dioses con los humanos. Destaca en el friso la procesión de las Grandes Panateneas: celebración en honor de la diosa Atenea, que se realizaba cada cuatro años y que culminaba con la entrega, por parte de las doncellas, del peplo a la imagen primitiva de Atenea. Los relieves son del más puro estilo clásico y la cohesión que consigue dio lugar al “estilo Partenón”: el mármol aparece tan modelado que los vestidos, los peinados y las anatomías parecen reales. A pesar de la gran contidad de figuras, todas mantienen la expresión serena del periodo clásico y aparecen individualizadas a través, de las actitudes, las distinciones físicas o el tratamiento de la ropa.
En el s. IV a.C se empieza a cuestionar la severidad anterior y se apuesta por la suavidad, la armonía, la representación de los sentimientos y el aumento de la expresividad. Durante la etapa clásica se buscaba la perfección y la belleza de manera ordenada y dentro de unas normas (canon),ahora se busca la belleza a través de lo diverso y de lo expresivo. El resultado es una escultura personalista,càlida y en la que se expresan los sentimientos, es decir,una escultura más humana. Nace así el interés por la plasmación del sentimiento humano.
Los artistas que impulsaron este cambio fueron Praxíteles, Escopas y Lisipo.
Praxíteles (390?-330a.C) representa en sus obras adolescentes graciosos y bellos, y dioses de aspecto humanizado, con una sinuaosidad y una dulzura que seducirán a los artistas posteriores. La belleza, la voluptuosidad y el equívoco juegan un papel predominante en sus creaciones.
A pesar de estar muy alejado del estilo helenístico, ha sido considerado el precursor de los cambios del período helenístico, por primera vez los dioses y los héroes mostraban emociones y sentimientos.
El canon de Polícleto influyó en la configuración anatómica de las estatuas de Praxíteles, si bien les otorga un mayor alargamiento y estilización.
Se atribuye a Praxíteles la primera escultura destacable de un desnudo femenino, la Afrodita de Cnidos . El arte griego que siempre había aceptado el desnudo masculino, se resistía a admitir el desnudo femenino.
Su obra más conocida el Hermes con el niño Dioniso representa al pequeño dios del vino sostenido por su hermanastro Hermes.
Destaca por la calidad del modelado, la flexibilidad de las figuras y la delicadeza de las superficíes. La curva praxiteliana hace que el cuerpo de Hermes se aparte del eje vertical y forme una seductora S invertida que le proporciona un sutil equilibrio entre movimiento y reposo. La sinuosidad de su figura destaca aún más por el contrasteque se establece con la verticalidad del pequeño Dioniso y la de la túnica, que cae con naturalidad. Se aleja así la la línea vertical y estática anteriores y consigue dar airosidad y ligereza a las figuras.
Escopas plasma a través de sus figuras la pasíón, las interioridades del alma: amor, desesperación, nostalgia, deseo. Representa patetismo en los rostros y actitudes agitadas. Su predilección por las representaciones agitadas reemplaza el equilibrio clásico. Su Ménade representa una figura sensual, de proporciones más abultadas y grandes que en el periodo anterior y con un vestido adherido al cuerpo que se abre solo por un lado.
Lisipo fue el escultor de las cortes de Filipo II y de Alejandro Magno. Su Apoxiomeno “el que se quita el aceite” representa a un atleta joven, de pie y desnudo que, tras competir, se quita el polvo con la strigilis. Su representación aporta novedades: a pesar de la frontalidad, el brazo extendido invita a girar en torno a él y ofrece múltiples visiones. Además, presenta una figura más esbelta, fruto de la aplicación del nuevo canon de proporciones idealies propuesto por Lisipo (la cabeza 1/8 del cuerpo).
PERIODO HELENÍSTICO (S. III-II a.C)
En este período Grecia amplia sus límites. Se dan las conquistas de Alejandro Magno por territorios orientales y ello repercute en un aumento de las influencias exteriores sobre la cultura y el arte clásicos.
- la representación del movimiento exagerado,
- el desequilibrio compositivo,
- la exploración de las emociones humanas,
- la expresividad de rostros y cuerpos
- realismo y expresiones atormentadas, sufrimiento físico y moral,
- composiciones más complejas: escenas con varias figuras. Necesidad de varios artitas en su realización.
El idealismo clásico, el equilibrio y la serenidad dan paso al deseo de provocar sensaciones inmediatas, a los nuevos gustos.
En este período la escultura tendió a copiar todos los estilos anteriores. La originalidad de esta etapa está en la temàtica, ya que surgen temas no representados en períodos anteriores que se impondrán como moda. Algunos ejemplos son: la infancia, la violencia, la fealdad, el exotismo, el erotismo
Obras destacables de este periodo son:
· Laoconte y sus hijos (s. III-II a.C.) obra en bronce de Agesandro, Polidoro y Atenodoro, pertenece a la escuela de Rodas, es un buen ejemplo de cómo el equilibrio y la serenidad del periodo clásico dejan paso al realismo y patetismo. Laoconte y sus hijos luchan, para salvar sus vidas, contra las dos serpientes marinas que ha enviado la diosa Atenea para matarlos, ya que Laoconte había avisado del peligro de dejar entrar en la ciudad de Troya el caballo gigante ofrecido por sus enemigos.
El grupo está realizado con concepción bidimensional: visión frontal y trabajado solo por delante y por detrás. La composición se define a partir de una piràmide y de una diagonal que atraviesa toda la escultura, lo cual le confiere dinamismo y acentúa la sensación de tensión. La inclinación de la cabeza barbada hacia la izquierda potencia la sensación de sufrimiento, así como la boca abierta y las marcadas arrugas de dolor. La contorsión de los cuerpos en su esfuerzo por huir de las serpientes que les aprisionan realza el movimiento. La crueldad y el sentido trágico del grupo influyeron en los artistas de Renacimiento como Miguel Ángel a partir de 1506, año en que fue redescubierto en Roma.
· Gálata moribundo (s. III a.C.). Bronce posiblemente de Epígono, uno de los escultores helénicos más importante del rey de Pérgamo, Atalo I.
La escuela de Pérgamo ensalzó las victorias militares de una manera original: en lugar de esculpir gobernantes y generales victoriosos, representaron respetuosamente a los enemigos derrotados para ensalzar todavía más la propia victoria.. Estas esculturas eran exvotos ofrecidos a Atenea, para darle gracias por su ayuda en los enfrentamientos contra los gálatas.
Los escultores de la escuela de Pérgamo crearon un estilo peculiar basado en estructuras de tipo piramidal, realismo y dramatismo a veces teatral, a veces contenido.
El gálata, herido de muerte, inclina la cabeza y soporta el dolor. Todo denota sufrimiento y aceptación tàcita de la muerte que el mismo ha elegido (se ha suicidado con la espada que tiene a un lado).
La escultura revela al afán de caracterizar físicamente a los invasores, tan distinto de los griegos: facciones célticas, cráneo braquicéfalo, cabellos encrespados, collar de los celtas.
Presenta un gran dominio técnico, ya que fue esculpida para ser observada desde diversos ángulos.
· Relieves del Altar de Zeus en Pérgamo (s. II a. C). Fue eregido por el rey Eumenes II para conmemorar sus victorias contra los celtas y para, a través de su programa iconográfico, glorificar sus gestas.
La Gigantomaquía aparece esculpida en el friso exterior del podio macizo sobre el que se levanta el altar. Narra la encarnizada lucha entre dioses y gigantes. Quería dar a entender que, igual que los dioses habían vencido a los brutales gigantes, los atálidas también habían triunfado sobre la barbarie de los celtas invasores.
Era un altorrelieve de 2,28m. de altura, con un patetismo escultórico exacerbado. Mostraba un conjunto de figuras que se retorcían dramáticamente. Los rostros torturados de los vencidos contrastaban con la serenidad clásica de los dioses.
Participaron más de 40 escultores, que unifcaron su trabajo de tal manera, que es imposible distinguir individualidades.
· El Espinario (s. III-II a.C) bronce de autor desconocido, representa a un niño, caracterizado con gran realismo, mientras se extrae una espina del pie. En la composición el artista juega con el vacío, dejando que el aire circule en elinteror de la escultura. Esta obra es un ejemplo de como aparecen, en el periodo helenístico, temas anecdóticos y figuras infantiles, impropios en le escultura clásica.
· Victoria de Samotracia (220 - 190 a. C). Talla en mármol de autor desconocido Se eregía al aire libre sobre un pedestal que tenía forma de proa de un barco. Representa la diosa Victoria que se acaba de posar sobre la parte delantera de una embarcación con las grandesa las desplegadas. El fuerte viento, que le viene a la cara, moldea el fino chitón sobre sus formas femeninas. El juego entre los volúmenes corporales y el ropaje es característico de la escuela de Rodas.
· Venus de Milo (f. s. II a C.). talla en mármol de autor desconocido, es una de las esculturas más bellas del período helenístico. Representa la dioso Afrodita. En una de sus manos sostenía una manzana, símbolo de la isla de Milo. Es un semidesnudo: descubre la parte superior del cuerpo, mientras que un grueso manto rodea piernas y caderas. Las irregularidades de los enérgicos pliegues del vestido se contraponen a las exuberantes redondeces del bellísimo cuerpo. Su rostro melancólico, la forma de la cara y la configuración del cabello recuerdan a Hermes con el niño Dioniso
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